lunes, 10 de octubre de 2011

Viaje inesperado


Siempre he considerado que soy de las personas que hacen muy buenas relaciones, hasta con personas que no conozco. Hace un tiempo (2 años exactamente) conocí a un amigo por el Internet, hablamos, me escriba y yo a él también, mis grandes deseos de conocerlo eran insoportables y no era solamente por la amistad que teníamos sino por una posible y muy remota posibilidad de terminar enredados en una sabana.

Una vez ya en el carro recorrí las carreteras que me llevaban justo a él, mi bienvenida fue sencillamente espectacular, él esperaba por mi en un punto centro sentado con esa mirada de ansias e intrigas. Mi sonrisa no pudo ser mas grande cuando lo vi, un gran abrazo y una apretón fue el lazo que nos unió esa noche, dispuestos a llegar al apartamento nos salimos del camino para comer unas ricas y sabrosas empanadas, ya satisfechos con el suculento manjar urbano volvimos a nuestro final feliz… una cama que añoraba por el corto pero imprevisto viaje.

Entramos, mi mirada recorría el lugar con asombro solo preguntándome ¿dónde dormiré?, mi pregunta fue contestada mientras su voz se iba al cuarto principal, una vez adentro mi rostro no podía expresar mi completa felicidad ya que solo somos  amigos y nada inesperado pasaría (eso fue lo que me mentalice).

Una buena ducha, unos ricos pensamientos y una buena tocada alojaron mas mis deseos. Salí de la ducha y mi cuerpo se recostó de un buena y suave cama, su cuerpo a mi lado  sintiendo su calor era justo lo que necesitaba, mi sueño profundo se instalaba mas en mí mientras mis ojos se cerraban lentamente.

La mañana y tarde siguiente fue estupida, así que ni lo contare. A cambio la noche es otra historia, llegamos a la disco y como siempre alguien fijo su mirada en mí, sus ojos no dejaban de tenerme, solo basto un poco mas de insistencia y mi boca tocaría la de él. Me pase toda la noche bailando y sintiendo cada erección que su miembro tenia, mis manos tocaban grandes partes de su piel, sus manos intentaban tenerme, sentados en un banco mi culo acariciaba su paquete, esos besos de deseos acabaron tan pronto nos fuimos. Una vez en el carro las luces de la vía nos llevaban a una nueva ronda de fantasía, llegando a su apartamento su teléfono sonó anunciando que un grupo de amigos vendría a continuar con lo que se acababa en la disco.

Sentados en un muro sosteníamos una charla amena de nuestra preciada amistad, mis intenciones nunca fueron sinceras así que aproveche mi borrachera para confesar mis pecados sexuales con él. Un gran abrazo y un Pa` lante marico cerro la conversación, sus amigos llegaron, éramos en total 8 putas queriendo ser mas.
Unos besos apasionados fueron la bienvenida de uno de ellos mientras su novio esperaba ansiosamente el regreso de su amado, mas y mas fueron los besos que a escondidas  nos dábamos, repentinamente en medio de todos me fueron quitando la camisa, mi pecho desnudo dejaba a la luz publica mi oscura y cálida piel,  mis pantalones fueron bajando hasta mostrar un poco mas de lo que todos esperaban, mi ropa interior fue deslizada por unas manos mientras los dedos paseaban por todo mi culo.
Un baile sensual y sexy produjo en varios ciertos deseos extraños y repentinos, mi lengua, mas la de un amigo de la noche  y la de uno del grupo que recién llegaba se saboreaban como si fuesen helados, mis manos acariciando su cuerpo, mis dedos jugando con su verga, la de ellos jugando conmigo… una noche totalmente loca.
Ya cansado de todo el ajetreo, besos, chanceo y todo lo que sucedió me di media vuelta y me fui a dormir. Ese frió esperado y el sueño que nunca llegaba para él, propiciaron un clima ardiente, sutilmente puso mis manos en su abdomen para acariciarlo circularmente, mis uñas rasguñaban aquella piel que incitaba a tener sexo.

Su mano apoyada en mi cabeza hacia que me tragara el vergon que tenia, que vainas mas rica fue mamárselo, mi lengua se metió en cada rincón conocido por la medicina, sus pelos me excitaban de tal manera que agarre su macheton y de un solo tire me lo metí, un dolor desgarrante se apodero de mi pero mas fueron mis ganas y mi pasión que ese estupido momento incomodo. Mis movimientos eran salvajes, su presión casi hacia un chichón en mi cabeza, su furia exploto en un largo y preciso liquido que termino en mi boca.

Que viaje tan inesperado.
Historia anónima pero la que del diario de puta de: Juan Carreño 

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